jueves, 21 de enero de 2010

JONATHAN SWIFT: POÉTICA DE LA IRONIA. Beatriz Belo

La ironía socava, niega y afirma lo real…
Víctor Bravo Ironía en la literatura
Todo lo que hice para llegar a ser famoso lo hice únicamente por falta de gran título y de un gran patrimonio, para que me tratasen como un lord los que admiran mi ingenio; con razón o sin razón, lo mismo da. Y así la fama de hombre de talento y de gran doctrina ocupa el lugar de una cinta azul o de un coche con tiro de seis caballos…
Jonathan Swift

Cuando se habla de la existencia de una poética de la ironía, es decir, textos escritos a partir de una estética que privilegia las formas de la ironía -parodia, absurdo, paradoja, sátira, entre otros- los estudios literarios la relacionan con la literatura moderna. El espíritu de desasosiego, de perplejidad, que se apodera de los escritores en la modernidad permite el desarrollo de una escritura que refleja ese absurdo de la realidad:
La visión irónica es la visión nacida en las entrañas mismas de la cultura moderna. Superando la persistente ceguera que afirma las presuposiciones de lo real y de la verdad como los horizontes plenos del existir, la visión irónica pone en evidencia inesperados pliegues y vertientes donde no es la certeza sino la incertidumbre, no el reconocimiento sino el sin sentido lo que quiere brotar como lo indomable y el vértigo que siempre, por más que los ignoremos, nos acosan. (Víctor Bravo Ironía de la literatura 3)

Si bien es cierto que mucha de la literatura moderna se instaura en las formas estéticas de la ironía para construir los textos -como el caso de Fran Kafka con Metamorfosis, en el cual el absurdo y la paradoja constituyen la estructura de la novela; o de Jorge Luis Borges y el empleo de la parodia en “Pierre Menard, autor del Quijote”, entre muchos otros autores-, lo que realmente la caracteriza es la perspectiva y el estado anímico con que los autores entienden y perciben el mundo, la realidad: La estética irónica es una forma de representar ese estado de ánimo, esa forma de entender el mundo, en el que impera la sensación de desasosiego, de incredulidad, del sin sentido de la vida y de las cosas.
Concibiendo a la poética de la ironía como esa forma encarnar la realidad absurda y sin sentido desde la escritura, entonces, más que una característica de la literatura moderna, es la manera predilecta de representar -en cualquier época- esos estados de ánimo y modos de percibir el mundo. La poética de la ironía es atemporal; cuando en la realidad se presentan cambios que modifican drásticamente la forma de vivir y de percibir el mundo, surgirá la escritura bajo la poética de la ironía para dar cuenta de estos cambios, ya sea para criticarlos, transformarlos o validarlos.
En consecuencia, se debe ampliar el estudio de la poética de la ironía más allá de la literatura moderna. Mucha de la obras de la historia de la literatura han sido escritas bajo la mirada de la perplejidad que producen los cambios que alteran la realidad; por ejemplo, Don Quijote se narra desde una mirada paródica de los libros de caballería, cuando las hazañas de los caballeros medievales ya no representan los valores de la sociedad del siglo XVII.
Pensando en la poética de la ironía como esa manera de representar esas formas de ver al mundo bajo el absurdo y el sin sentido, independientemente de la época, sino como consecuencia de los cambios de las realidades sociales, económicas, políticas, etc., se pueden leer los textos de Jonathan Swift: estos, de alguna manera, son consecuencia de los cambios que se produjeron en Inglaterra en el siglo XVIII y de su influencia en el imaginario literario del autor.
La Inglaterra del siglo XVIII estaba marcada por las disputas políticas entre dos partidos –Whigs y Tories-, sectas religiosas, un cambio en lo social y en lo económico que coloca en el poder a la ascendente burguesía sobre la tradición aristocrática, y a todo eso se le une la perspectiva muy conservadora, irónica y desengañada de entender la realidad por parte de Swift, la cual se percibe en sus escritos a través de una poética, desde una forma de estructurar los textos, en la que impera las formas de la ironía.

LA SÁTIRA, LA PARODIA Y EL GROTESCO
El pensar irónico, que se fundamenta en la diferencia, supondrá de este modo no sólo una crítica a lo real sino también una crítica al lenguaje: el cuestionamiento de sus procesos de identificación y el hallazgo, en el lenguaje mismo, de vertientes de diferenciación desde donde es posible nombrar la dualidad y la escisión del ser y del mundo.
Víctor Bravo. Ironía en la literatura.
En los escritos de Jonathan Swift se ve reflejado su contrariedad por el momento histórico que vive. En él, operan dos fuerzas que determinan la composición de sus obras: un espíritu crítico y la consciencia del poder de las letras como espacio ideal para comunicar y enfrentar -no directamente- sus ideas y planteamientos con los del sistema político, social y económico al que pertenece: el dominio de las letras no como escape sino como espacio del enfrentamiento, de la exposición de la crítica y del desconcierto.
Lo irreal se instala desde el comienzo en la obra más destacada de Swift: los viajes de Gulliver. Lemuel Gulliver, el personaje principal de la novela, se encuentra en sus viajes territorios de gentes pequeñas (Lilliput), de gigantes (Brobdingnag), de ciudades flotantes (Laputa), de caballos parlantes (Houyhnhnms): territorios que contradicen la realidad. Pero esa ficción verosímil de la novela introduce el elemento paradójico: el sentido se asimila a través de ese conjunto de irrealidades; Lilliput, Brobdingnag, Laputa, Houyhnhnms comprenden un sistema alegórico, simbólico, que abre el sentido desde la mirada irónica de la realidad.
La crítica irónica en los escritos de Jonathan Swift se estructura desde la composición de los espacios a través de la sátira -por ejemplo, para poder hablar de la situación política de la Inglaterra del siglo XVIII, Swift conforma en Los viajes de Gulliver los distintos territorios a los que Gulliver viaja, dibuja los personajes con los que éste se encuentra en esos espacios, como un sistema de alegorías que evocan su propósito: la detracción-; del grotesco, como forma de acercar el cuerpo, lo colectivo: “el cuerpo grotesco asumido por la consciencia colectiva es una visión festiva que entraña tanto la negatividad como la recuperación, positiva, de la corporeidad” (Ironía de la literatura 103)-por ejemplo, las múltiples menciones de la evacuaciones físicas de Gulliver durante sus viajes, quizás como una forma de imponer la crítica a la idea de la belleza que sostiene la sociedad, para exhibir, paradójicamente, al hombre tal y como es “en realidad”-; del humor, al plantear desde Una modesta proposición una solución, si bien absurda y cruel, al problema de sobrepoblación infantil en las zonas pobre de Irlanda; de la parodia, como por ejemplo, en las distintas cartas que Swift escribe dirigidas a jóvenes poetas, al pueblo de Irlanda, a las damas de compañía -entre otras figuras de la nueva configuración social que posee como centro a la burguesía emergente-, o como la cartas del capitán Gulliver a su primo, o del editor al lector: la obra completa de Los viajes de Gulliver estructura la parodia de la escritura de libros, al ser Gulliver representación de la figura del autor de textos, y la obra en sí misma la representación de la elaboración de una obra literaria.

A.- LA SÁTIRA
La conciencia irónica, al poner en cuestión las homogeneidades del ser y del mundo, pone en cuestión, la persistencia del sentido. Pero así como el hombre no sabe vivir sin la presuposición de un real, tampoco puede vivir sin la presuposición de un sentido. Cuando el hombre se topa con el sin sentido…, en el vértigo de esa herida, de esa imposibilidad, el hombre intuye un sentido superior, alegórico, o disfruta humorísticamente la percepción de la discontinuidad, de lo incongruente, de la certeza de la inmediata reconstrucción, de regreso a lo homogéneo.
Víctor Bravo. Ironía de la literatura.

La visión irónica otorga al mundo una forma muy particular de ser percibido. La mirada de unos ojos desengañados que ven al mundo como un sin sentido le concede al hombre activar la dicotomía de negativo - positivo de la ironía, la cual le permite reconstruir un sentido de la realidad: negativa, porque la mirada desengañada destruye el sentido del mundo, da cabida al vértigo y a la incertidumbre; positiva, porque le permite reconstruir la realidad y el sentido desde la ironía, encontrando un sentido más elevado, alegórico; la poética de la ironía es el reflejo, en la escritura, de esa dicotomía.
La sátira es ejemplo perfecto de esa dualidad del principio irónico: la sátira como la recreación burlesca, deformada, simbólica de la realidad; alegoría de la visión irónica del mundo -desengañada, vertiginosa, sin sentido- para hallarle sentido al sin sentido. La alegoría:
…se abre hacia la multiplicidad de sentidos en el discurso estético… en un proceso de reconstrucción de lo que la conciencia irónica coloca en el ámbito de las negatividades…
…en el sin sentido…en la intranscendencia del mundo…se revela (y se desdibuja) la promesa de un sentido que revele los rasgos esenciales de la naturaleza humana… (Ironía de la literatura 109).

Muchas obras de la literatura universal se han estructurado desde la sátira alegórica, y uno de los mejores ejemplos es la obra de Jonathan Swift Los viajes de Gulliver.
Como ya se ha mencionado antes, Swift poseía una mirada irónica de la Inglaterra de su tiempo; los cambios sociales, económicos y políticos de su época lo afectaban directamente y son temas centrales de su producción literaria. Si bien es cierto que Swift pudo escoger un tipo de escritura más directa para dar a conocer su opinión sobre los cambios que se gestaban en su tiempo -ensayo o discurso político, por ejemplo-, escogió el espacio de la literatura como el vehículo del enfrentamiento, empleando una poética de la ironía; y mediante el humor, la sátira alegórica, la parodia y lo grotesco darle carácter universal, de exploración y crítica a la naturaleza del hombre en general, y del hombre inglés del siglo XVIII en específico; la sátira alegórica de Los viajes de Gulliver de Swift permite elaborar esta crítica universalista.
En los cuatro viajes de Gulliver a tierras extrañas se estructura un sistema de alegorías satíricas que relacionan a la realidad con la ficción. Un primer sistema alegórico se puede observar, por ejemplo, en las gentes que conoce Gulliver en sus viajes: gentes pequeñas, en la tierra de Lilliput; de gigantes, en Brobdingnag; de gentes de tamaño normal a los que parece sólo importarle la actividad intelectual, en Laputa; de caballos parlantes, en Houyhnhnms. A partir de la perspectiva de un Gulliver gigante en la tierra de gentes pequeñas se pueden hacer, desde arriba -de una posición más elevada, de alguna forma “superior”-, referencias y reflexiones, por ejemplo, sobre una sociedad de política monárquica. Sólo así, quizás, podría elaborarse la crítica a las políticas exteriores de las naciones y a las superficiales razones por las que se declaran la guerra entre ellas (Lilliput y Blefuscu); observar y reflexionar sobre las formas de actuar de los hombres en posiciones políticas y como miembros de la corte:
Este entretenimiento lo practican sólo los candidatos a empleos importantes y a los favores especiales de la corte. Aunque no siempre son de noble cuna, o gozan de educación liberal, ejercen esta habilidad desde jóvenes. Cuando bien por fallecimiento o caída en desgracia (lo cual sucede a menudo) un puesto oficial queda vacante, cinco o seis de esos candidatos piden al emperador que organice una sesión de danza sobre cuerda para entretenimiento de la corte de Su Majestad. El puesto lo conquista aquel que consigue el salto más elevado sin caerse. Con mucha frecuencia se requiere a los propios ministros principales que demuestren su habilidad y convenzan al emperador de que no han perdido facultades… (Los viajes de Gulliver 31-32).

; criticar la presunta alta moralidad (incendio de la alcoba de la reina de Lilliput). Desde la perspectiva de un Gulliver pequeño dentro de una sociedad de gigantes se puede dibujar la reflexión acerca del comportamiento de los altos miembros de las cortes al relacionarse con sus inferiores sociales. En condición de igualdad de tamaños entre Gulliver y las gentes de Laputa, Balnibardi, Glubbdubdrib, Luggnagg y al Japón, la sátira ya no se dirige centralmente a la política, sino a la naturaleza del hombre. En Laputa, Gulliver se encuentra en una corte en la cual los hombres de mayor posición social están siempre sumergidos en sus propios pensamientos e ideas y deben ser golpeados en la boca o en la oreja para que presten atención o se dignen a responder a una pregunta; en Balnibardi, se halla en la Academia de Lagado, en la cual conoce a un grupo de científicos que buscan responder todas las dudas del hombre a través de la ciencia; en Glubbdubdrib, Gulliver conoce a los hechiceros, los cuales tratan de encontrar respuestas a partir de la magia; en Luggnagg, se topa con la curiosa costumbre de lamer el suelo de la sala del Rey y con hombres inmortales; a través de la alegoría, podría decirse que Gulliver tropieza en su tercer viaje con distintas formas de explicarse la vida y el fin del hombre en el mundo: la intelectualidad, la ciencia, la mística, la política; y también se encuentra con sus deseos: la inmortalidad. Satíricamente, el texto reflexiona sobre la vacuidad de la intelectualidad, la ciencia y la magia sin un sentido práctico, y sobre la irracionalidad del desear la inmortalidad, del continuar infinito del sin sentido de la vida. En el cuarto viaje la sátira se hace más mordaz, más melancólica. En condición de diferencia irreconciliable, Gulliver se encuentra en la tierra de los Houyhnhnms y de los Yahoos. En los caballos parlantes parece dibujarse la alegoría satírica de la sociedad ideal utópica; en los Yahoos, la exageración grotesca de la imperfección del hombre; en Gulliver, la figura medianera entre la búsqueda improductiva de la utopía Houyhnhnms y el reconocimiento despreciable en él de las formas de los Yahoos. Otro sistema de alegorías se puede vislumbra en los dibujos satíricos de algunas figuras políticas con las que va encontrándose Gulliver en sus viajes.
Los viajes de Gulliver se estructura a partir de un sistema alegórico satírico que le da profundidad a la historia. Si bien es cierto que la visión irónica que Jonathan Swift asume del mundo es el tema central del texto, en el mismo actúa la dicotomía de la poética de la ironía que lo construye; es decir, que si bien la conexión que se establece entre la realidad y el sistema alegórico presenta una perspectiva negativa de lo real, también esas sátiras alegóricas son positivas al tratar de establecer un sentido, un restablecimiento del orden perdido en el mundo, y este restablecimiento puede deberse al humor reflexivo que la alegoría conlleva: “La ironía, por la alegoría, se hace utópica... “Ser y no ser”, desplazamiento pendular entre el sin sentido y la reconstrucción, entre lo incongruente y la homogeneidad; y reflexividad…” (Ironía de la Literatura 110).


B.- LA PARODIA

Si la paradoja y el absurdo instauran su reflexividad en la diferencia, la parodia, por el contrario, lo hace en la identidad. La parodia es imitación para, en el mismo instante, ser transformación. De allí que sea a la vez homenaje y crítica del objeto parodiado.
Víctor Bravo. Ironía de la Literatura.

La parodia es uno de los recursos estéticos de la poética de la ironía mayormente empleado. Ésta concede espacios de disidencia no evidentes pero sí muy efectivos; permite el enfrentamiento de la dicotomía irónica, el hallar el sentido en el sin sentido. En la literatura, es el apropiarse de las formas discursivas del poder, las aceptadas como “correctas”, imitándolas burlescamente para decir lo que no se puede decir directamente:
En su paradojal imitación, la parodia crea una conciencia sobre lo real al degradar sus estructuras jerárquicas, y podría decirse que frente a la fijeza a la que propende todo poder, toda jerarquía, la parodia es permanente cuestionamiento desde la conciencia colectiva…
…La parodia es reescritura deconstructiva: desmonta y niega los valores del modelo en el mismo acto en que lo afirma e, incluso, le hace un homenaje…
…Booth ha señalado: “(La parodia) es irónica en el sentido de nuestra definición: hay que rechazar el significado superficial y encontrar, mediante la reconstrucción otro significado, incongruente y superior…
Reescritura, intertextualidad, degradación, afirmación: las formas de la dualidad del discurso paródico; la expresión paródica de la conciencia irónica. (Ironía de la literatura 98-99)

La parodia se vale de las formas del discurso del poder, imitándolas, con el fin de enfrentarlas y, al mismo tiempo, de alguna forma, validarlas. En una sociedad donde reina la censura, donde se busca crear un efecto de exposición y crítica, la parodia, mediante su “parecer una cosa y ser otra”, “recrea” la realidad, haciéndola más que real, verosímil, concediendo espacio a la crítica a través de la reflexión desde la imitación de un modelo base, el cual ya ha sido asimilado por el colectivo. Desde esta perspectiva de la parodia se construyen los textos de Jonathan Swift: la parodia como recurso para exponer, criticar, y de alguna forma validar su realidad y su sistema literario.
La composición de Los viajes de Gulliver parte desde la parodia. La estructura del texto presenta una parodia central: la imitación del proceso creativo y del escritor. Un personaje ficcional Lemuel Gulliver escribe una narración sobre sus viajes a tierras extrañas. No es Jonathan Swift quien narra, es Gulliver, como imitación paródica de la figura del escritor el cual dispone para el lector su historia.
La parodia es expuesta al lector desde el mismo material adicional a la narración de viajes: la carta que el Capitán Lemuel Gulliver le envía a su editor Richard Sympson, y la que este último le dirige al lector. Mediante la imitación paródica de cartas que “aparentemente” son reales, a primera vista se satiriza el género epistolar, se burla; pero, al mismo tiempo, haciendo que el lector participe activamente con su sistema de referencias al momento de enfrentar la lectura, Swift se aprovecha de la referencia al género epistolar para darle verosimilitud a su narración. En la carta de Gulliver dirigida a su primo y editor Sympson, éste hace referencia al motivo de la escritura de su narración; se excusa por las cosas que el editor modificó; justifica las cosas dichas por él en otras tierras para que no sean tomadas a mal:
Cuando hace mucho tiempo sugerí algo de esto en una carta, tuviste la amabilidad de contestarme que estabas asustado de ofender a alguien. Los que ostentan el poder sometían a la prensa a estrecha vigilancia y estaban propensos no sólo a interpretar sino también a castigar cualquier cosa que tuviese un aparente significado sedicioso o fustigante. Pero, por favor, ¿cómo puede ser que lo manifestado en otro reino se aplique a cualquiera de los yahoos que ahora se dice gobierna la manada? En especial, en una época en que yo no consideraba una desgracia o temía el vivir bajo su obediencia… (Los viajes de Gulliver 6).

Y sugiere lo que creyó el que sería la respuesta a su libro de viajes:
Y así ha resultado ser cierto; porque en lugar de contemplar una completa paralización de todos los excesos y corrupciones, a los menos en esta pequeña isla, tal como tenía motivos de esperar…hasta el momento no he encontrado en tus cartas ninguna de las respuestas que esperaba; por el contrario estás engrosando este asunto todas las semanas con libelos, claves, reflexiones, memorándums y continuaciones en los que me veo acusado de criticar a las gentes de los grandes estados, de degradar a la naturaleza humana (todavía tienen el aplomo de así considerarla) y de injuriar al sexo femenino… (Los viajes de Gulliver 7)

La carta del Capitán Lemuel Gulliver actúa como crítica a la crítica de su libro; es respuesta a las posibles reacciones a su texto; es justificación del mismo pero también expone la naturaleza, la finalidad del porqué lo escribe:
No he escrito en busca de su aprobación sino para que se corrigiesen. La alabanza universal de toda la raza tendrá para mí menos importancia que el relincho de los dos degenerados houyhnhnms de mi establo. De éstos, a pesar de su evidente degeneración, todavía aprendo algunas virtudes, sin mácula de vicio… (Los viajes de Gulliver 8)

La carta del editor dirigida al lector, sigue la misma línea de la carta del Capitán Gulliver: corroborar la veracidad de la narración y la existencia del personaje principal de las aventuras.
La estructura general del texto, imitación del género epistolar y de la narración de viajes, es parodia de géneros elevados reconocidos como discursos que representan la realidad; Swift lleva estos géneros a otro nivel: los imita, los burla; emplea sus formas discursivas para hacer llegar un contenido que no representa al mundo tal y como es, pero sí habla de él : “El acontecimiento narrativo, al constituirse en una realidad distinta de la realidad del mundo, problematiza lo ‘real’, la razón última de toda indagatoria literaria…el discurso paródico, esa nueva forma de ‘realismo’ que es, a la vez, una negación de lo real” (Los poderes de la ficción 53-54).
El género epistolar es imitado por Swift con frecuencia. La parodia de “Carta de consejo a un Joven poeta” y de “Carta a todo el pueblo de Irlanda” (Una modesta proposición y otros escritos) persigue los mismo fines que Los viajes de Gulliver: imitando las formas del discurso epistolar y ensayístico, inclusive el tono intimista en la carta al joven poeta, subvierte, burla la jerarquía de los géneros para efectuar críticas duras pero humorísticas: abre espacio a la sonrisa reflexiva del lector:
¿Es que no hay muchos hombres que redactan bien sin participar para nada de ese principio? Muchos son demasiado sabios para ser poetas y otros, demasiado poetas para ser sabios. ¿Debe acaso un hombre ser no menos que filósofo para ser poeta, cuando está claro que algunos de los más grandes idiotas de la época son nuestros más preciosos ejecutantes de este arte?...(Una modesta proposición y otros escritos 38).

C.- EL GROTESCO
Lo grotesco es el mundo distanciado.
Wolfgang Kayser

Es característica de la cultura occidental la supresión del cuerpo; para que el hombre tenga cabida en la sociedad necesita desligarse de su corporeidad, de sus funciones físicas y biológicas. Para hablar de belleza, el hombre posee un ideal más apolíneo, que pánico o Afrodísio; un ideal más cercano a la perfección armoniosa de las formas, lejos de la vinculación con el pecado o con lo deforme:
En el siglo X, Odón, abate de Cluny, dirá: “la belleza física no va más allá de la piel. Si los hombres vieran los que hay debajo de la piel, la vista de las mujeres les sublevaría el corazón. Cuando no podemos tocar con la punta de los dedos un escupitajo o la porquería, ¿cómo podemos desear abrazar ese saco de estiércol” (cit. en Ironía de la literatura 102-103).

La poética de la ironía le da acceso al cuerpo a través del lenguaje como recurso para enfrentar al sin sentido de la realidad. Pero la cabida al cuerpo no es el dibujo de la perfección, de la armonía de las formas; al contrarío, el cuerpo se dibuja desde lo negativo, desde las excrecencias, de lo escatológico, de la estética de lo feo, de lo deforme: desde la estética del grotesco. La ironía emplea el grotesco como forma de enfrentarse a la realidad que excreta al cuerpo.
Para Mijaíl Bajtín:
En el realismo grotesco, el elemento espontáneo material y corporal es un principio profundamente positivo que, por otra parte, no aparece bajo una forma egoísta ni separado de los demás aspectos vitales. El principio material y corporal es percibido como universal y popular, y como tal, se opone a toda separación de las raíces materiales y corporales del mundo, a todo aislamiento y confinamiento en sí mismo, a todo carácter ideal abstracto o intento de expresión separado e independiente de la tierra y el cuerpo. El cuerpo y la vida corporal adquieren a la vez un carácter cósmico y universal…
La imagen grotesca caracteriza un fenómeno en proceso de cambio y metamorfosis incompleta, en el estadio de la muerte y del renacimiento, del crecimiento y de la evolución… (La cultura popular en la Edad Media y en el Renacimiento).

Desde la perspectiva de Bajtín podemos acercarnos a los textos de Jonathan Swift y destacar la participación irónica de lo grotesco; dualidad irónica que es al mismo tiempo negativa al destacar lo “bajo” de lo corporal, pero como alegoría de la búsqueda del cambio, del renacimiento.
Son innumerables las referencias escatológicas en Los viajes de Gulliver. De su estancia en Lilliput, Gulliver hace un relato pormenorizado de cómo iba al baño, de cómo unos criados del emperador se afanaban en recoger sus gigantescas necesidades sólidas para transportarlas a otra zona donde no perjudicaran al país, y de cómo salvó de mayores pérdidas al emperador apagando el fuego de la habitación de la emperatriz:
El palacio se habría quemado y derruido sin remisión de no haber sido por una feliz idea que de repente -cosa poco frecuente en mí- se me ocurrió. La noche anterior había bebido abundantemente de un vino llamado glimigrin que además era muy diurético. Por aquellas casualidades de la vida mi vejiga estaba llena y con el calor de las llamas y el esfuerzo que hice para sofocarlas, el vino empezó a surtir su efecto; me entraron ganas de orinar y así lo hice en tal cantidad que dirigido el chorro acertadamente sobre los puntos más críticos, el fuego había quedado en, en tres minutos, totalmente apagado, evitándose así la destrucción de aquel edificio multisecular… (Los viajes de Gulliver 49).

; En el país de los caballos parlantes, la descripción de los Yahoos es completamente grotesca:
El aspecto de estos animales era muy peculiar y deforme… Tenían las cabezas y pechos cubiertos de una espesa pelambrera, rizada en unos casos, lacia en otros. Llevaban barbas de chivo y una abundante cabellera les caía por la espalda, y en la parte anterior de de sus patas y pies. El resto de su cuerpo estaba desnudo, y pude divisar su piel, de color marrón oscuro. Carecían de cola y las ancas estaban peladas excepto alrededor del ano. Supongo que la naturaleza se los había dado como protección para sentarse en el suelo…sus patas delanteras y traseras estaban equipadas de recias garras, rematadas por encorvadas y afiladas uñas…sus excrementos colgaban entre las patas traseras, y solían caerse al suelo mientras caminaban… En conjunto, en ninguno de mis viajes había visto animal más desagradable y que produjera un rechazo tan instintivo… (Los viajes de Gulliver 203).

; Y la desagradable sorpresa de Gulliver al observar de cerca el seno de una mujer gigante en la tierra de los Brobdingnags:
Confieso que nada me ha repugnado tanto como el ver aquel pecho monstruoso. No encuentro comparación posible para proporcionar al lector curioso una idea de su tamaño, forma y color. Formaba una protuberancia de seis pies y su base tenía un perímetro de dieciséis cuando menos. El pezón era como la mitad de mi cabeza y su superficie y la de aureola estaba salpicada de botones, marcas y señales muy repugnantes… (Los viajes de Gulliver 82).

El grotesco en Los viajes de Gulliver cumple con la dualidad irónica negativo – positivo. Si bien es cierto que el acercamiento a lo corporal es escatológico y repugnante (negativo), de esa aproximación se está aceptando la corporalidad, a través del lenguaje, como algo propio del hombre; como alegoría -especialmente en el caso de los Yahoos- que busca asombrar negativamente al lector, pero que al mismo tiempo logre el cambio social positivo que se plantea Gulliver en la carta a su primo Sympson; para, también, relativizar los conceptos socialmente aceptados de belleza y de fealdad o deformidad:
Esto me hizo pensar en el hermoso cutis de nuestras damas inglesas, cuya belleza reside en que están hechas a nuestra misma escala, y cuyos defectos serían perceptibles a través de lentes de aumento; la experiencia nos enseña que la piel más fina y blanca parece áspera, desigual y mal coloreada… (Los viajes de Gulliver 82).

Parodia, Sátira, grotesco, alegoría, humor, paradoja, absurdo: La poética de la ironía está compuesta de diversas formas que permiten estructurar los textos. Formas estéticas y obras, que en sí, tienen como fin exponer el sin sentido de la realidad; criticar las formulas sociales, políticas, económicas; la búsqueda de sentido en un mundo que no lo tiene; y es Jonathan Swift uno de sus mejores representantes, el cual, a través de sus escritos, permite gozar al lector de su habilidad estética y discernir una perspectiva particular de entender la sociedad de la Inglaterra del siglo XVIII, y porque no, de la humanidad en cualquier época.

BIBLIOGRAFIA
BAJTÍN, Mijaíl. La cultura popular en la Edad Media y en el Renacimiento. El contexto de François Rabelais. Madrid: Alianza Editorial, 1990.
BRAVO, Víctor. Ironía de la literatura. Maracaibo: Dirección de cultura de la Universidad del Zulia, 1993.
BRAVO, Víctor. Los poderes de la ficción. Caracas: Monte Ávila Editores, 1987.
BAUDRILLARD, Jean. La ilusión y la desilusión estéticas. Caracas: Monte Ávila Editores, 1997.
SWIFT, Jonathan. Los viajes de Gulliver. Edición especial de El Nacional. Barcelona: Editorial Planeta, 1993.
SWIFT, Jonathan. Una modesta proposición y otros escritos. Caracas: Monte Ávila Editores, 1993.